jueves, 5 de noviembre de 2009

El GOLPE DE ESTADO DEL 28/6 EN HONDURAS Y LA RECONSTITUCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES: HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO PACTO SOCIAL

Dr. Jorge Alberto Amaya Banegas
jamayabanegas@yahoo.es


Entonces la milpa se antoja como la patria, o la patria se parece a la milpa. Hay que cuidarla, se la roban, la saquean, la tapiscan.
Estos mapaches y chanchos de monte, no son de aquí, llegaron de tierras lejanas, áridas, secas, espinosas y desérticas. Son beduinos nómadas, árabes o judíos, comerciantes, tenderos, usureros, bandoleros…
Se quedaron, para comerse la milpa que no les pertenece, para robarnos las mazorcas, el agua, el suelo, los árboles, las piedras, los pájaros, las mariposas, las flores, los venados, el aire, el sol, la luna, las estrellas…
Para quitarnos la historia, el nombre, la libertad, la democracia, la patria, la vida…

Lo que no pueden comprar ni arrebatarnos es la dignidad, el valor, el orgullo, el despertar, la fuerza y la esperanza de hondureños y hondureñas en pie de lucha, como estos Pueblos Lencas con más de 500 años en RESISTENCIA.

Ricardo Alberto Bueso, dirigente lenca del COPINH.

I) INTRODUCCIÓN.
El 28 de junio de 2009, con apoyo de los sectores políticos más recalcitrantes y ultraderechistas del país, así como con la mayoría de grupos empresariales-especialmente los de ascendencia árabe y judía- y las jerarquías religiosas católicas y evangélicas, el neofascista Roberto Micheletti, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y sus estructuras de apoyo consumaron un golpe de Estado contra el presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales y establecieron un gobierno de facto. Desde entonces, para mantenerse en el poder y debido a la escasa base de apoyo social han ejecutado una serie de maniobras de distinto tipo: operaciones de represión militar y policial, asesinatos, desapariciones, detenciones extrajudiciales, sabotajes, propaganda y control de la información, promulgación de decretos que limitan las libertades fundamentales y otras más.
El argumento para la interrupción del proceso democrático hondureño por parte de los golpistas fue paralizar la consulta popular que el presidente Zelaya Rosales había convocado para el mismo día, denominada como “La Cuarta Urna”, mediante la cual se pretendía consultar a la población para determinar si estaban de acuerdo con el establecimiento de una nueva “Asamblea Constituyente” para reformar la Constitución política.
El mismo día del golpe de Estado, una gran parte de la ciudadanía hondureña, especialmente en las grandes ciudades como la capital Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y otras más salió a las calles para mostrar su repudio frente al fantasma golpista que ya se creía anclado en el pasado. Al mismo tiempo, muchos “movimientos sociales tradicionales” -como las organizaciones sindicales, obreras, campesinas y magisteriales-, junto con los llamados “nuevos movimientos sociales” (NMSs), como por ejemplo organizaciones feministas, ambientalistas, de derechos humanos, colectivos gays y lésbicos, agrupaciones de jóvenes, patronatos comunales, y desde luego organizaciones indígenas y afrodescendientes se adhirieron a la lucha y conformaron el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado (FNR), más conocido hoy en día como “La Resistencia”. A ellos se han agregado la mayoría de artistas, intelectuales, agrupaciones políticas independientes y un sinfín de colectivos sociales que han desafiado durante casi cuatro meses la dictadura impuesta por los golpistas.
En este trabajo intentaremos exponer el significado social y político de este movimiento, resaltando especialmente el papel de las organizaciones sociales indígenas y afrodescendientes dentro de esta lucha.
Estas organizaciones sociales de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes claramente pertenecen a lo que desde la nueva teoría sociológica se denomina como “Nuevos movimientos sociales”, que hoy en día constituye una nueva línea de investigación desde que Touraine planteara en los años 70 que el objetivo de estudio de la sociología eran los movimientos sociales, a los que definía como “la acción colectiva organizada por la cual un actor dominante o dominado lucha por la dirección social de la historicidad en un conjunto histórico concreto” .
Durante los años 70s y 80s, el concepto de “movimientos sociales” estaba reservado para referir a las organizaciones sociales tradicionales, como los movimientos sindicales, obreros, campesinos y gremiales, pero desde finales de los años 80s, en medio de una serie de cambios políticos, sociales, económicos y culturales como el colapso del bloque socialista, el proceso de la globalización, el multiculturalismo y el debate por los derechos humanos, implicó la aparición y multiplicación de movimientos de nuevo cuño, expresado en la fundación de novedosas organizaciones que ampliaron el abanico de la lucha social, como por ejemplo movimientos ecológicos, feministas, pacifistas, antirracistas, de consumidores y otros más, todos los cuales son denominados hoy en día como “Nuevos movimientos sociales” por autores como Melucci, Escobar y Álvarez, Slater, Souza de Santos y otros , además del ya citado Alain Touraine.
2) LOS MOVIMIENTOS SOCIALES INDÍGENAS Y AFRODESCENDIENTES DE HONDURAS

En el caso de Honduras, este tipo de movimientos se fueron estructurando desde los años 80s y 90s, cuando se conformaron movimientos feministas como “Visitación Padilla”, de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos (CODEH), y desde luego el movimiento indígena y afrodescendiente. El auge organizativo de los pueblos indígenas y negros de Honduras fue un proceso paralelo al debilitamiento de los movimientos sociales tradicionales, como los obreros, campesinos y estudiantes, quienes en la década de los años 90s fueron perdiendo la beligerancia que habían tenido hasta la década del 80, cuando se desencadenaron las tensiones y las guerras civiles en Centroamérica. En los 90s, con la consolidación de los procesos de paz en la región y la incipiente democratización de los países del área, los movimientos tradicionales fueron perdiendo protagonismo ante la ausencia de la utopía de izquierdas.

La organización de los Pueblos Indígenas y Negros, bajo la forma de federaciones, se aceleró desde los años 70s y 80s, cuando fueron creadas la mayoría de ellas . El estilo federativo de organización, adoptado en la década de los 80s, era similar al que predominaba en el movimiento obrero y campesino desde algunas décadas atrás, lo que no implica una relación formal o una influencia política directa de aquellos movimientos en el auge organizativo de los indígenas y negros, aunque sí podemos hablar de un deseo de los dirigentes por adoptar formas organizativas funcionales ya legitimadas en el país. El proceso organizativo fue impulsado en gran medida por profesionales indígenas y afrodescendientes, así como por parte de algunos mestizos, estos últimos presentes en las comunidades por medio de las ONGs y otras entidades sociales. Asimismo, algunas Iglesias como la Católica y la Morava, también contribuyeron al proceso organizativo de estos pueblos mediante la formación de líderes comunales como los “Celebradores de la Palabra” o catequistas.
El proceso de la organización federativa, en un principio, hizo que las etnias indígenas y negras asumieran una plataforma reivindicativa individual, en la que cada una luchaba por los problemas de su propio pueblo, lo que impedía al conjunto elaborar una plataforma común de lucha.
En cuanto al proceso de organización e institucionalización del movimiento étnico hondureño, no es sorprendente que sean los Garífunas y Miskitos los pioneros de la organización étnica, tanto con la fundación de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) en 1973 y de la “Mosquitia Asla Takanka/Unidad de la Mosquitia” (MASTA) en 1976 respectivamente. Se atribuye la temprana toma de conciencia de Garífunas y Miskitos no sólo a su relativa numerosidad (250,000 y 40,000 personas) en comparación con las demás etnias, sino también a su cohesión étnica, así como a la persistencia en sus patrones de cultura y sobre todo a la conservación de sus lenguas maternas.

La siguiente iniciativa organizativa étnica surgió entre los Tolupanes de Yoro, llamados tradicionalmente como “Xicaques”. Desde 1974, los caciques empezaron a debatir la idea de crear una federación, y es así que en 1978 se integra una Directiva con el nombre de “Federación Nacional de Tribus para la Liberación del Indígena Hondureño” (FENATRILIH); que más tarde, en 1985, se convierte en la “Federación de Tribus Xicaques de Yoro” (FETRIXY) .

Casi simultáneamente, se organizaron los Pech, históricamente conocidos como “Payas”, y se establece en 1985 la “Federación de Tribus Indígenas Pech de Honduras” (FETRIPH), para reivindicar el uso de sus tierras tanto en el departamento de Olancho como en el corazón de la Biosfera del Río Plátano en La Mosquitia que finalmente alcanzaron mediante la concesión de una zona étnica. Del mismo modo, los Tawahkas, conocidos también como “Sumos”, constituidos por un grupo de alrededor de 700 personas que habitan en siete asentamientos en las riberas del río Patuca, se organizaron en 1987 en la “Federación Indígena Tawahka de Honduras” (FITH), luego de haber sido afectados por la guerra en La Mosquitia hondureño-nicaragüense y frente a la destrucción ecológica observada en su vecindad. Incluso, recibieron el apoyo de la organización miskita “Mosquitia Pawisa” (MOPAWI) para conseguir la firma de un Convenio de Legalización de Tierras, aproximadamente unas 7,500 hectáreas en 1989 con el Instituto Nacional Agrario (INA). Para independizarse culturalmente de los Miskitos, de quienes han recibido una fuerte influencia cultural, empezaron en 1993 acciones tendentes a una educación bilingüe para rescatar su idioma con la creación del “Comité de Educación Bilingüe Intercultural Tawahka” (CEBICUT) .

Cronológicamente, sigue en 1989 la fundación por parte de los indígenas Lencas de la “Organización Nacional de los Indígenas Lenca de Honduras” (ONILH), el grupo indígena más numeroso del país, pero más diversificado en su proceso de aculturación a la sociedad ladina, debido a su contacto cultural desde la colonia con la sociedad mestiza, y sobre todo por la pérdida irreparable de la lengua vernácula a mediados del siglo XX. En la sociedad mestiza mayoritaria, algunos sectores, con fines políticos, ponen en duda su pertenencia étnica indígena, haciendo referencia a la antropóloga Anne Chapman que definió en 1985 a este Pueblo como “campesinos con tradición lenca” a causa de su fuerte cambio cultural . Más tarde se formó también el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Finalmente, en el contexto de la preparación de la primera “Marcha indígena” a la capital hondureña en 1994, también se organizaron los Maya-chortís de Honduras en el “Consejo Nacional de Indígenas Chortí de Honduras” (CONICH), aunque también cuentan con la tradicional organización denominada “Consejo Rural Indígena Chortí” en la “Comuna de San Andrés”, Ocotepeque, que ratifica títulos de tierras desde el periodo colonial con base en cédulas reales .

A comienzos de los 90s, el movimiento étnico en Honduras reconsideró sus objetivos y aprovechando la coyuntura histórica, pasó a la fase de aglutinar a todas las federaciones en una gran Confederación de alcance nacional con el fin de presentar ante el gobierno y ante la opinión pública nacional una sola plataforma de lucha; así, se creó en 1992 la “Coordinadora Nacional de Pueblos Autóctonos”, que desde 1993 se denomina “Confederación Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras” (CONPAH) .

Desde su fundación, la CONPAH ha sido la plataforma desde la cual indígenas y negros emprendieron sus luchas frente al Estado hondureño de cara al reconocimiento de sus derechos. La modalidad principal que implementaron como estrategia de movilización son las famosas “Peregrinaciones” o “marchas de protesta” a la ciudad capital Tegucigalpa, a la que se desplazan desde sus comunidades de origen. Según los dirigentes de la CONPAH, la idea de realizar peregrinaciones no es antojadiza, ya que los activistas se percataron de la importancia que en el “pasado” habían tenido las “romerías” hacia la Basílica de Suyapa, la Patrona de Honduras, ubicada en la capital, a la que aún acuden anualmente para hacer romerías los Lencas, Maya-chortís y Garífunas entre otros . Este aspecto ya ha sido comentado por Benedict Anderson, al sugerir que dentro de las manifestaciones religiosas, el “viaje”, en este caso entendido como “peregrinación” a los “lugares santos”, ha sido un poderoso mecanismo de identificación y creador de “significados” entre las diferentes culturas del mundo .

De esta manera se fue formando el concepto de “peregrinación”, una modalidad de lucha iniciada por los indígenas y negros para presionar a las autoridades estatales en busca de solución a sus demandas. Esta experiencia ha sido vital y oportuna en la actual coyuntura de lucha social, pues los movimientos Indígenas y Afrodescendientes han puesto estas experiencias ya consolidadas al servicio del FNR.

3) EL FNR Y EL PAPEL DEL MOVIMIENTO INDÍGENA Y AFRODESCENDIENTE

Volviendo al tema de la participación del Frente Nacional de Resistencia (FNR), y la composición de las fuerzas sociales que lo aglutinan, hay que señalar que se ha manifestado una estructura donde los movimientos sociales tradicionales (sindicatos, obreros, campesinos y magisterio) se convirtieron en los cuadros dirigentes del Frente; esto sin duda está motivado por una trayectoria de lucha social y política más amplia y extensa por parte de esos movimientos a lo largo de la historia. En efecto, los cargos clave de la dirigencia de la Resistencia los conforman antiguos cuadros ligados a las organizaciones sindicales y obreras, como Carlos H. Reyes, Israel Salinas y Juan Barahona, quienes han sido parte del denominado “Bloque Popular”; por parte de las organizaciones campesinas ha tenido un papel protagónico Rafael Alegría, miembro de “Vía Campesina”, y por parte de los maestros han destacado Eulogio Chávez y Luís Sosa, quienes se han movilizado conjuntamente con colegios magisteriales como el Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPEMH), y una parte considerable de los docentes agremiados al Colegio Superación Profesional del Magisterio Hondureño (COLPROSUMAH), al Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (COPRUMH) y la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH). En el proceso se fueron agregando los llamados “Nuevos movimientos sociales” que comprenden una vastedad muy representativa, significativa y plural de los sectores sociales de la hondureñidad, como por ejemplo organizaciones feministas como el Centro de Derechos de la Mujer (CDM), colectivos gays y lésbicos, movimientos ambientalistas como el del Padre Andrés Tamayo de Olancho, organizaciones de artistas e intelectuales como los Artistas del Frente contra el Golpe de Estado (AF), Mujeres en las Artes (MUA), organismos de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos en Honduras (CODEH), el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), el Comité de Familiares de Desaparecidos y Detenidos de Honduras (COFADEH) y otros más. Y por supuesto, se han incorporado a la lucha movimientos indígenas y afrodescendientes, siendo el COPINH de los Lencas y la OFRANEH de los Garífunas los más protagónicos.

La participación de estas organizaciones ha sido significativa y permanente, acompañando desde los primeros días las famosas “Marchas de la Resistencia Pacífica”, que ha sido la estrategia de lucha social y política más visible y singular por parte de la Resistencia. En dichas acciones políticas, tanto los dirigentes Salvador Zúñiga y Bertha Cáceres de los Lencas, así como Miriam Miranda de los Garífunas y desde luego los militantes han sido baluartes decisivos en las protestas, encabezando las marchas y enfrentando constantemente la represión y las agresiones violentas por parte de la Policía y el Ejército.


A la izquierda, Miriam Miranda, presidenta de OFRANEH, y a la derecha Salvador Zúñiga, presidente del COPINH, dirigiéndose a los miembros de la Resistencia en una de las marchas del FNR.


A la izquierda, indígenas Lencas almorzando su “burra” durante un receso de la marcha, y a la derecha jóvenes Garífunas de la OFRANEH acompañando las marchas con sus combativos tambores.
La incorporación de los Movimientos Indígenas y Afrodescendientes en la Resistencia contra el golpe de Estado ha provocado una serie de actos represivos por parte del gobierno de facto no solamente en contra de los dirigentes y miembros de los movimientos sociales, sino también en contra de las mismas comunidades indígenas y garífunas, sobresaliendo entre otras la detención de varios activistas del COPINH y de la OFRANEH, la persecución que ha sufrido el Dr. Luther Castillo, el hostigamiento contra el Hospital Garífuna de Iriona (primer hospital étnico-comunitario del país) y en el asilamiento de doce indígenas Lencas en la Embajada de Guatemala debido a la sistemática persecución que han sufrido. Ellos son: Zacarías Gutiérrez (menor de edad), Marta Socorro Boquín, Francisco Sánchez, María Isaías López, Julián Martínez, Sergio Jerezano (menor), Randy Sadoc Castillo, Mirna Elizabeth Funes, William Perdomo, las hermanas Ludi Gloribeth Funes y Yuri Ismenia Funes, y Lidia Funes, madre de estas dos niñas.
En fin, a pesar de estas violaciones a sus derechos humanos, los movimientos sociales Indígenas y Afrodescendientes aún continúan en pie de lucha contra el régimen de facto, y muestra por lo tanto que el combate acometido por el FNR representa el hito más importante de lucha social en el país desde la histórica “Huelga de 1954”, sin embargo, a diferencia de aquél episodio, el FNR constituye la conformación del frente social más pluralista y representativo de toda la historia contemporánea del país. Por ende, el principal desafío para la Resistencia de cara al futuro mediato -quizás para el próximo año- será debatir y pactar la formación del Frente en una agrupación política que logre en pocos años socavar el bipartidismo y transformar el sistema político hondureño, caracterizado por la existencia de dos partidos conservadores -El Nacional y el Liberal-, para en su lugar constituir una fuerza política progresista que guíe las grandes transformaciones que requiere el país de cara al siglo XXI. En general, consideramos que la coyuntura histórica está más que servida para tal propósito.
Al mismo tiempo, la naturaleza amplia y diversa de los movimientos que aglutinan al FNR, así como sus demandas por una nueva “Asamblea Constituyente” y el viraje de una “democracia representativa” a una “democracia participativa” significan un cuestionamiento a la modernidad; lo que buscan estos “Nuevos movimientos sociales” Indígenas y Afrodescendientes, conjuntamente con todas las agrupaciones del Frente es la desarticulación de un “Estado-nación” que se había construido sobre la concepción liberal de la “nación homogénea”, para en su lugar proponer la conformación y reconstrucción de un “Estado plurinacional” que no solo reconozca las diferencias étnicas, etarias y de género, sino que también posibilite la participación y la satisfacción de las demandas de todas y todos los hondureños.
Asimismo, estas luchas cuestionan el tan llevado y traído concepto de “ciudadanía”, que hasta hoy en día estaba basado en los “derechos individuales”, y ahora el FNR promueve la construcción de “ciudadanías colectivas” por medio de la “Asamblea Constituyente” para fomentar que todas y todos los hondureños opinen sobre los grandes asuntos de interés nacional, como la discusión de la política concesionaria y tributaria del Estado, la aprobación de un currículum escolar con enfoque intercultural, la posesión y administración de las riquezas naturales, marítimas, los espacios mineros, las reservas naturales, los territorios agrícolas, en fin sobre los recursos naturales; el reconocimiento de los derechos a los grupos diferenciados (indígenas, afrodescendientes, personas con necesidades especiales, adultos mayores, adolescentes, niños, gays, lesbianas). Todos estos factores demuestran que la lucha de estos movimientos y organizaciones es la lucha del Pueblo y de las mayorías, a diferencia de los golpistas, quienes representan solamente los intereses la burguesía y de la obsoleta y parasitaria clase política que por primera vez es desafiada tan frontalmente por el movimiento popular, al punto de estar en “alas de cucaracha”.

Tegucigalpa, 2 de noviembre, día de difuntos y por lo tanto, de nuestros mártires de la Resistencia.





BIBLIOGRAFÍA
1) ANDERSON, Benedict, (1993), Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y difusión de los nacionalismos, México DF, Fondo de Cultura Económica (FCE), 1ª edición en español.
2) BARAHONA, Marvin y RIVAS, Ramón, “¿Existe un movimiento indígena en Honduras?. Hacia una interpretación de la protesta indígena”, En: Barahona, Marvin y Rivas, Ramón (Compiladores), Rompiendo el espejo: visiones sobre los pueblos indígenas y negros en Honduras, Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, Colección Códices, 1ª edición, 1998.
3) Confederación de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH), (1993), Apuntes sobre los pueblos autóctonos de Honduras, Tegucigalpa, Confederación de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH)/ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Serie Biodiversidad y Cultura, Cuaderno Nº 1, 1ª edición.
4) ESCOBAR, Arturo y Álvarez, Sonia, (1995), The Making of Social Movement in Latin America: Identity, Strategy and Democracy, Boulder, Westview Press.
5) GLEICHY, Utta Von y Gálvez, Ernesto, S/N, Pobreza étnica en Honduras, Washington DC, Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
6) MELUCCI, Alberto, (1989), Nomads of the Present: Social Movements and Individual Needs in Contemporary Society, Philadelphia, Temple University Press.
7) Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (ODECO), (2002), Mapeo institucional de las organizaciones afrodescendientes de Honduras, La Ceiba, ODECO.
8) RIVAS, Ramón, (2000), Pueblos indígenas y garífuna de Honduras: una caracterización, Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, Colección Códices de Ciencias Sociales, 1ª reimpresión.
9) SLATER, D. (Editor), (1985), New Social Movements and the State in Latin America, Ámsterdam, CEDLA.
10) SOUZA DE SANTOS, Boaventura, (2001), Los nuevos movimientos sociales, Coimbra, Universidad de Coimbra.
11) TOURAINE, Alain, (1978), Introducción a la sociología, Barcelona, Ariel.
12) _____ (1990), Movimientos sociales de hoy: actores y analistas, Barcelona, Hacer.
13) VALENCIA CHALÁ, Santiago, (1986), El negro en Centroamérica, Quito, Ediciones Abya Yala, 1ª edición.
14) ZÚNIGA DEL CID, Salvador Edgardo, (1999), Diagnóstico de la realidad educativa de los pueblos indígenas y afroantillanos de Honduras, Tegucigalpa, Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), Colección Cátedra Nº 7, 1ª edición.

sábado, 31 de octubre de 2009

MICHEL FOUCAULT

Filósofo y también historiador, Michel Foucault fué sin duda durante los años sesenta una de las figuras más importantes e influyentes del ambiente cultural francés . Nunca quiso expresamente ser un historiador de los ideales ni de las ciencias en el sentido clásico de estos términos. La única denominación que admitía era la de arqueólogo, aquello que da cuenta de forma más profunda de la cultura.

Compañeros(as) y profesor dejo un enlace donde podran bajar gratis la colección casi completa de libros del Foucault.

Atte. Dennis Portillo.

http://www.todotegusta.com/2009/03/michel-foucault-27-libros-y-ensayos/

jueves, 29 de octubre de 2009

Enlace de comentario sobre obra de Fontana

Este es un comentario que encontré en la red sobre la obra "La Historia después del fin de la Historia" de Fontana.

http://www.pedagogica.edu.co/storage/folios/articulos/fol07_14res.pdf

jueves, 22 de octubre de 2009

Reflexión sobre algunos conceptos tratados en la asignatura de Teoria de al Historia

La concepción de continuidad, ruptura y transformación son problemáticas filosóficas de interés para la Historia, puesto que en su estudio, éstas concepciones aparecen como construcciones mentales determinantes para “reconstrucción histórica” de los hechos, así como para su respectiva interpretación. ¿Qué hay de particular y de singular en un hecho que aparentemente responde a una continuidad? ¿Y en el marco de qué continuidad se presenta la ruptura para ser considerada como tal? ¿Acaso se pueden conocer o elaborar leyes de ruptura? ¿O una estructura de la discontinuidad? ¿Puede el enfoque de lo discontinuo tener igual capacidad explicativa que la continuidad? Es preciso asimilar una especie de estratificaciones debajo de las líneas temporales para dar paso a nuevas dimensiones de análisis y nuevas posibilidades de causación. La complejidad del mundo contemporáneo obliga al investigador actual emprender un proceso un tanto doloroso y en algún sentido catártico, que le permita despojarse de los esquemas más rígidos y aparentemente seguros, que si bien es cierto responden a un nivel específico de preguntas planteadas, no pueden ser tomados como absolutos, ni abarcar en su totalidad los hechos. Ejemplo de ello, es la historia oficial hondureña, plagada de figuras míticas y enmarcada en modelos importados, rígidamente dividida y en cuyo estudio prevalecen muchas veces los juicios de valor del historiador por sobre el estudio formal

La Historia, como estudio sistemático del ser humano a través del tiempo, se enfrenta a problemas de orden epistemológico, siendo el de la discontinuidad uno de especial importancia. Por discontinuo hemos de entender algo que se interrumpe. Es por ello, que de manera casi natural, es más fácil entender a la historia –en condición de objeto- como algo continuo y a la Historia –como ciencia- como el estudio de las continuidades. De hecho, muchos de los elementos que atañen al estudio histórico brindan lo que M. Foucault llama “nociones de continuidad” es decir “síntesis fabricadas, agrupamientos que se admiten de ordinario “, que no se sujetan a la crítica y que forman parte de lo que define como un “juego de continuidad”. Entre tales nociones menciona la tradición, el desarrollo, la evolución, la mentalidad y el espíritu. Cada una de ellas hará referencia ya sea a un origen, a analogías de los hechos, a las leyes que pueden regir los cambios o a lo que subyace a lo evidente. De tal manera que buscan explicar, pero de manera una tanto difusa o imprecisa, la incidencia de los acontecimientos y las relaciones entre ellos.

Para el caso de la Historia, la búsqueda constante de la repetición de los hechos y las subyacentes relaciones entre los mismos, al igual que de los nexos unívocos de causalidad, exponen al investigador de la res gestae a una situación de peligrosa y ruda irreflexión filosófica sobre los hechos concebidos como históricos, y más aun, ante el conocimiento histórico en sí mismo. Si bien es cierto, la explicación teórica de los hechos desde la perspectiva histórica necesita –o ha necesitado hasta ahora- del uso indiscutible de la concepción estructural, ésta no presenta ni en lo teórico, ni en lo práctico, límites fijos o cortes rotundos, a partir de los cuales podamos agrupar o segregar los hechos y mucho menos explicarlos totalmente. Los hechos históricos son más una dispersión que una conjunción. ¿Cuál es la diferencia entre la naturaleza de un hecho medieval con respecto a uno moderno? ¿Cuál es la condición mínima o umbral requerido para que un hecho sea concebido como de uno u otro período si intentamos ir más allá del marco temporal? ¿Existe una relación de causalidad directa entre el hecho –o el discurso- como irrupción en la realidad y la ley o estructura que lo explica? ¿No depende de la teoría elaborada que un hecho sea o no concebido como tal? Y, de ser así ¿Hasta dónde el hecho histórico es producto de la misma mente que lo imagina y lo concibe como tal? Ni siquiera la cronología positivista pasa de ser una herramienta simple y rudimentaria para la ubicación esquemática de los hechos históricos reconstruidos desde su singularidad.

El cuestionamiento filosófico sobre los conceptos tradicionalmente usados en la historiografía para la comprensión de la realidad histórica propone el uso de un ejercicio de negación ante todo lo que pueda presentarse como indiscutiblemente dado, es decir “la suspensión de las unidades admitidas”. Desde tal perspectiva, hasta nociones tan básicas como las de “libro” y “obra” resultan susceptibles en cuanto a su difusa existencia como discursos que pueden oscilar ente todas las temáticas, formas, significados, interpretaciones y referencias posibles. De igual manera cada unidad de análisis está conectada a todas las demás y estas a su vez no distan demasiado unas de otras y el corte entre una y otra no existe más que en la mente de quien las concibe.

Para los historiares es de primordial interés preguntarnos si acaso en la historia existen umbrales, cortes, rupturas, transformaciones o mutaciones. SI existen las series de hechos y si estas series tienen un inicio y un fin verificables o cuando menos, perceptibles. De hecho, en la práctica de la investigación, nos vemos obligados, de manera consciente o inconsciente, a realizar cortes de manera arbitraria y en base a criterios diversos. Sin embargo, estos cortes metodológicos –por así decirlo- efectuados sobre lo que para nosotros es evidente ruptura, tienen un alcance de profundidad limitada. Hay estratos hasta los cuales la investigación histórica no llega sino que asume y toma por sentados, puesto que son estos estratos más profundos, los que sirven de cimentación teórica. Ahora bien ¿Hasta qué punto coinciden los cortes metodológicos de la investigación -en tiempo y espacio- con los llamados “fenómenos de ruptura” que podamos encontrar en la historia como objeto? ¿Y qué tan pertinentes son entre sí la teoría asumida, las referencias utilizadas, la estructura dentro de la cual enmarcamos el hecho particular, las conceptualizaciones y el discurso –presumiblemente científico- que al final resulte de la investigación? Está claro que una de las claves podría encontrarse en el manejo de la hermenéutica. Otra, en el nivel de control sobre el lenguaje tanto histórico como científico y actual que se tenga.

La dimensionalidad múltiple de las series históricas como modelo inicial de análisis plantea una preocupación grande para la Historia en cuanto a la necesidad de- si bien no deshacernos del todo de las bondadosas visiones estructurales de la realidad histórica- sí de re-concebirlas, reubicarlas y hasta revalorarlas, de manera que no sean las estructuras en sí el centro de la atención sino lo que a partir de ellas se quiera explicar, negar o descartar dejando puertas abiertas y entradas libres para la novedad y la importancia de lo parcial, lo relativo o lo incompleto.

José Avelino Izaguirre Osorio.

Estudiante de la carrera de Historia. UNAH.

martes, 13 de octubre de 2009

Líneas de trabajo para ésta y la próxima saemana

13/10/09

Querid@s comapñer@s de Teoría de la Historia, Unah.


Sólo algunas líneas de trabajo que tenemos para ésta y la próxima semana:


En primer lugar tenemos lo de Foucault, Arqueología del saber , había que trabajar sobre los coneptos:

discontinuidad, ruptura, umbral, límite, serie, transformación. No pretendo que se conteste de una sola vez o que se fije una posición inmediata sobre estos conceptos, tendremos que trabajarlos, discutirlos para irlos madurando. el conocimiento, como los vinos, necesita de una decantación de un añejamiento necesario. Por otra parte tenemos que comenzar a ver Fontana, Kahler, Collingwood; pero también hay otro libro que me interesa trabajar en esta etapa y es el libro de Paul Veyne. Cómo se escribe la historia, ensayo de epistemología. Editorial Fragua, Madrid. Un gran abrazo para todos y todas. RA

jueves, 1 de octubre de 2009

JOSÉ CECILIO DÍAZ DEL VALLE y DÍAZ DEL VALLE Y LA INDEPENDENCIA DE CENTROAMÉRICA

Dennis Armando Portillo Reyes
Profesor en CCSS
José Cecilio Díaz del Valle es producto de su tiempo, por lo que no es casualidad que una de las colecciones mas antiguas en Centroamérica que cualquier visitante puede observar sin ningún costo es la biblioteca que fue de su propiedad. Ésta fue donada por sus herederos en 1986 a la Biblioteca Ludwing Von Mises de la Universidad Francisco Marroquín en la ciudad de Guatemala.

Está biblioteca consta de mil 800 volúmenes, 370 mapas y parte de la correspondencia de Valle. “Hay publicaciones de los siglos XVII, XVIII y XIX y la mayoría está escrita en español, aunque hay una parte en inglés, francés, italiano, latín y griego”.
Menciono lo anterior para ejemplificar como del tema “José Cecilio Díaz del Valle y Díaz del Valle”, como pensador, científico y ser humano, puede ser tratado desde muchas perspectivas tanto en Centroamérica como en otros Estados, pero, sin embargo, no se ha dicho todo, por lo que su figura y pensamiento siguen y seguirán siendo de un estudio permanente, especialmente para las nuevas generaciones que prácticamente no saben nada o si lo saben es por lo poco que reciben en nuestras instituciones educativas que no tratan este tema con la profundidad que deberían.

De lo anterior puedo dar como ejemplo el hecho que mucho se ha criticado la posición de Valle con respecto a la independencia pero la verdad que al ser, junto con su primo hermano Dionisio de Herrera, una de las personas más preparada del área para el momento de la misma tuvo la clara visón de saber que la independencia era una decisión muy apresurada, tal como la historia se encargó de demostrarlo. Sin embargo, Valle si apoyaba la independencia como lo demuestra el hecho que cuando la ciudad de Comayagua, que se declaró inde­pendiente de Guatemala y que acató el Plan de Iguala por el cual se unía al Imperio Mexicano, mientras que Tegucigalpa se sujetó a lo prescrito en el Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821 la cual manifestaba una total libertad lo que motivó una antigua rivalidad que no era nada raro para la época ya que Centroamérica se encontraba muy regionalizada. El mismo tipo de divisionismo se daba entre Cartago y San José, entre Granada y León, entre San Salvador y San Miguel, entre Quetzaltenango y ciudad Guatema­la. Como dice don Miguel R. Ortega:

“Pareciera que el haber surgido a la vida independiente sin una educación previa hacia el propio gobierno, fue una de las causas de las desavenencias que afloraron, y la levadura de los caciques que se engrifaron considerando como su feudo particular a cada uno de los Estados.” (Ortega, 1998, p. 81)

José Tinoco de Contreras, Gobernador de la provincia de Honduras, personalmente iba comandando las fuerzas que someterían a la “rebelde” Tegucigalpa, que como ya se dijo apoyaba el Acta de Independencia de 1821. Es en este momento que José Cecilio del Valle financió las milicias de Tegucigalpa que habían partido en varios bata­llones al mando del entonces Capitán Francisco Morazán. Tal parece que Valle, desde Guatemala, les envió dinero y unos barriles de azogue y plata para la Casa de Rescates de Tegucigalpa, elementos que llegaron a los llanos de Santa Rosa (Jiménez Solís, 1953, p. 25). En todo caso no ocurrió ningún choque entre las tropas de las dos ciudades rivales.

Autores como Meléndez Chaverri sostienen que Valle fue “un estudioso ilustrado que alentaba alcanzar la meta superior del sabio, mediante una extraordinaria aplicación al conocimiento y una singular fe en las fuerzas excepcionales de la razón”.

Opiniones similares tienen muchos intelectuales de la época actual quienes reconocen en Valle a un hombre de capacidades extraordinarias, tanto intelectuales como morales. Algunos dicen “un desplazado”, para identificar una persona nacida fuera de época, en el entendido de que su contribución trascendió de tal manera las demandas históricas que fue un incomprendido. Pese a ello, su pensamiento y práctica tuvieron un impacto determinante en eventos tan significativos, como la redacción del Acta de Independencia en 1821. Todo aquel estudioso de su vida y obra llega, en algún momento, a dolerse de que por envidia o simple maldad política de sus adversarios no llegara a ocupar el puesto máximo de presidente de la República Federal Centroamericana, este acto, que bien puede catalogarse como el primer fraude electoral en Centroamérica, vino a viciar la política de la Federación desde su nacimiento, como bien lo declaró el General Francisco Morazán en sus memorias:
“La elección de Presidente de la República hecha por el Congreso en el ciudadano Manuel José Arce, contrariando el voto de los pueblos que dieron sus sufragios al ciudadano José del Valle, fue, en mi concepto, el origen de las desgracias de aquella época….” (Francisco Morazán: memorias, manifiesto de David y Testamento, 1986, p. 15).
Aun cuando José Cecilio del Valle no influyó directamente en el proyecto de Morazán entre 1829-1842, al menos no hay un dato que sostenga que si lo hizo, no podemos hablar de la antesala y el proceso de Independencia, y todavía aun los años siguientes, sino consideramos el pensamiento de José Cecilio del Valle como el guía intelectual de la historia centroamericana.

Decía Don José Cecilio del Valle: “Ha habido escuelas para enseñar a manejar el cañón o esgrimir la espada y no se han fundado para enseñar a gobernar. Hay una ciencia de gobernar a los hombres así como hay ciencias minerales, vegetales y animales. ¡¿ Cómo es posible gobernar sin haber estudiado la ciencia de los gobiernos?!

José Cecilio del Valle figura entre los grandes forjadores de las modernas patrias americanas. En él concurrían condiciones de escritor y estadista. Su sentido provisorio lo llevó a elevar su pensamiento más allá de las fronteras nacionales hasta llegar a afirmar que ``el estudio más digno de un americano es América, en su ensayo titulado ``Soñaba el abad de San Pedro: y yo también sé soñar´´, expuso: ``América, cuyos hijos se hallan diseminados por todos los climas, pero deben formar una sola familia ….”


BIBLIOGRAFÍA

1. Bumgartner, Louis E.; .José del Valle de América Central. Editorial Universitaria, UNAH, Tegucigalpa, Honduras, 1ra.Reimpresión, abril 2001. Traducción de Octavio R. Sánchez B.

2. Carías G., Filomena; .José Cecilio del Valle: Prócer del Pensamiento Americano. Ministerio de Educación Pública, Tegucigalpa D. C., Honduras, C. A., 1ra. edición, 1981.

3. Cartas Autógrafas de y para José Cecilio del Valle. Editorial Porrúa, S. A., México D. F., 1ra. edición, 1978

4. del Valle, José; .Soñaba el Abad de San Pedro. Ministerio de Cultura, Arte y Deportes, Editorial Cultura, Tegucigalpa, Honduras, 1ra. edición, 2002.

5. Escoto, Julio; .José Cecilio del Valle: Una Ética Contemporánea. Editorial de la Fundación para el Hombre Hondureño, Tegucigalpa, Honduras, C. A., 1ra. edición, 1990.

Funes Valladares, Matías. Valle: su tiempo y el nuestro. Litografía López. Tegucigalpa. 2008.

7. García Giradles, Teresa; .Los espacios de la patria y la nación en el proyecto político de José Cecilio del Valle. Ponencia presentada en el III Congreso Centroamericano de Historia, 15-18 de julio de 1996, San José, Costa Rica.

8. Leiva Vivas, Rafael; .Vigencia del Sabio Valle. EDUCA, San José, Costa Rica, 1980.

9. Meléndez Chaverri, Carlos; .La Ilustración en el Antigüo Reino de Guatemala.. EDUCA, San José, Costa Rica, 2da. edición, 1974.

10. Oquelí, Ramón; .El Arte de Pensar y el Derecho de Expresarse, Según Valle. Revista Paraninfo, año II, # III, 1993, pag. 145-169.

11. Oquelí, Ramón; .José del Valle: Antología. Editorial Universitaria, UNAH, Tegucigalpa, Honduras, 2da. edición, julio de 1997.

12. Oquelí, Ramón; .La Obsesión Científica de José del Valle. Revista Paraninfo, año I, # I, 1992, Pág. 75-96.

13. Oquelí, Ramón; .La Utopía Social de Valle. Revista Paraninfo, año I, # II, 1992, pag. 22-23.

14. Oquelí, Ramón; .Valle entre la Fantasía y el Rigor. Ediciones Subirana, Choluteca, Honduras, C. A., julio 2004.

15. Pérez Cadalso, Eliseo; .Valle, Apóstol de América. Editorial Universitaria, UNAH, Tegucigalpa, Honduras, 1ra. edición. Julio1999.
16. Sierra Fonseca, Rolando; .La Filosofía de la Historia de José Cecilio del Valle. Ediciones Subirana, Choluteca, Honduras, C. A., marzo de 1998.

17. Valle, Rafael Heliodoro; .Pensamiento Vivo de José Cecilio del Valle. EDUCA, San José, Costa Rica, 2da. edición, 1971.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Los IX libros de Historia de Heródoto


Libro I: Clío

El texto inicia con el prólogo del traductor en el que se presentan los datos biográficos de Heródoto: Nació de una familia noble en el año primero de la Olimpiada 74, o sea en el año de 3462 (484-425 a.C.) del mundo, en Halicarnaso, colonia Dórica fundada por los Argivos en la Caria. LLamábase Liche su padre, y su madre Drio, y ambos sin duda confiaron su educación a maestros hábiles, si hemos de juzgar por (Halicarnaso) los efectos.
El libro, inicia relatando los origenes del Mundo Conocido en la visión de el Padre de la Historia, Heródoto, sobre las primeras expansiones territoriales de los griegos, persas, fenicios hacia el Mediterráneo, estos hechos ocurrren so pretexto de raptos de doncellas de naciones vecinas; es así como Persas y Griegos se vuelven rivales en las expediciones al continente asiático. Retomando lo del rapto de doncellas como Ío (Europa), Medea y Helena el texto dice que ellas son raptadas por su voluntad y hubiese sido un acto de mayor cordura para la política no reclamar su regreso, ese es un hecho interesante pues tácitamente esta asegurando que son las mujeres las causantes de las guerras o expansiones geográficas del Mundo Conocido.

Es así como Heródoto narra su recorrido por el territorio (Europa mediterránea, Asía menor y norte de África), ademas relata las guerras Médicas entre griegos y persas, conoce muchos pueblos y describe su cultura, así como Macedonia, Tracia y Babilonia, entre otros; es por este y otros detalles que podemos decir que Heródoto hizo Historia, Geografía, Etnografía, por que sus libros constituyen un relato descriptivo de las características de su época, también utiliza fuentes orales y físicas; en la actualidad a su trabajo se le llama Descripción Interdisciplinaria.

La intención de Heródoto es: que su publicación va a presentar o representar su historia y se va a dirigir principalmente a la preservación para que no llegue a desvanescerse con el tiempo la memoria de los hechos públicos de los hombres, ni menos a oscurecer las grandes y maravillosas hazañas, así de los griegos, como de los bárbaros (para los griegos todos el que no era parte de su nación se consideraba un bárbaro) pp. 19

Por otro lado las tres doncellas representan tres grandes civilizaciones, por un lado Ío o Europa que es la causante de la guerra entre persas y fenicios; Medea que se convierte en la madre de los Medos o Persas dueños de la tierra Media; y Helena que más que dar origen causa el enfrentamiento entre griegos, troyanos y la destrucción de Troya... cayendo entonces en una descripción de mundo desde un punto de vista real "mágico" por el lazo innegable de la mitología con la Historia tradicional.

*Heródoto decidio nombrar cada uno de sus nueve libros con los nombres de las Musas: Libro I Clío; Libro II Euterpe; Libro III Talía; Libro IV Melpómene; Libro V Tersícore; Libro VI Erato; Libro VII Polimnia; Libro VIII Uranía y Libro IX Calíope.

Por: Sara Melisa Ortega


sábado, 26 de septiembre de 2009

Libros que hay en la red

Compañeras y compañeros:


Internet es un instrumento invaluable hoy en día para la labor universitaria, sobre todo en un país en el que todavía no hemos llegado a la Galaxia de Gutenberg (Como dice Marshall Mc Luhan).

En este momento hay una gran discusión sobre todo en Europa por la digitalización de libros. Ahora hay libros que están en la red; pero que también pueden conseguirse físicamente, porque empresas como Amazon se los envía a uno por correos privados.

En este contexto quiero hacerles llegar un vínculo, en el que se puede consultar una versión bilingüe (español-gruiego) del "padre de la historia", Heródoto. Escogí precisamente estos nueve libros de Hródoto que llevan por título cada una de las nueve musas dirigidas por Apolo (el sol), porque, curiosamente, en la Biblioteca Central de nuestra Unah, no existe en sus anaqueles. Un gran abrazo para todas y todos.RA

El vínculo es: http://clasicas.usal.es/recursos/textosaut.htm